Sandra Franco
Sandra Franco Álvarez (Las Palmas de Gran Canaria) escribe sus primeros relatos cortos, microrrelatos y cuentos para adultos, ‘La metamorfosis de Clea’, ‘Dachau’ y ‘Pleamares’, a través de talleres de narrativa. En abril de 2010 ve publicada su primera obra infantil-juvenil, ‘El Lagarto de Ansite’, con la que participa en el III Congreso de Jóvenes Lectores de Gran Canaria 2013-2014. A continuación, surgen proyectos como coautora de ‘SOS Ladridos por Mima’, ‘Wi’ y la novela corta ‘El elixir curalotodo’, título que le lleva a participar en la XXXVIII Edición del Salón del Libro Infantil y Juvenil de Madrid (2014) además de en la IV Edición del Congreso de Jóvenes Lectores de Gran Canaria 2014-2015, al que vuelve en la edición 2016 con ‘Pétalo 21’. Su siguiente publicación, ‘Isla a isla. Cuento a cuento’, le ha llevado a viajar por todo el archipiélago canario y a profundizar en las raíces del silbo gomero. Con ‘Wi’ ganó la V edición del concurso Cuentos Solidarios de la Fundación Mapfre Guanarteme.
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⇒ ¿Cómo valorarías el lugar que ocupa la mujer en la literatura canaria actual?
Yo creo que las cosas han ido cambiando en este terreno y prueba de ello es no solo la explosión de mujeres escritoras con voces muy propias moviéndose en diferentes géneros en todas las islas de este archipiélago sino la visibilidad y el movimiento que están logrando.
⇒ Históricamente ha habido grandes escritoras en las Islas: Pino Ojeda, Mercedes Pinto, María Rosa Alonso, Josefina de la Torre, Chona Madera, Pino Betancor, Josefina Pla… Sin embargo, todas ellas actuaron como francotiradoras en un mundo literario dominado por los hombres. Hoy día asistimos a una explosión de firmas femeninas. ¿Es esto un indicio, una prueba, de que algo está cambiado o de que ha cambiado definitivamente?
Afortunadamente, como decía anteriormente, a la mujer se le escucha más y mejor en estos tiempos donde hay mayor libertad a la hora de expresarnos; además ahora contamos con más herramientas. Donde hay movimiento siempre se genera cambio.
⇒ ¿Crees que la mujer debe adoptar un papel reivindicativo en cuanto a la consideración de la literatura femenina respecto a la masculina?
Siempre que el término no implique estar por detrás, no me molesta el término literatura femenina aunque creo que la palabra Literatura para mí tiene un sentido más universal. Eso sí, el hombre no mira igual que nosotras, la nuestra es una mirada más sensible, con condolescencia y de detalles. Sí, no debemos parar de reivindicar sobre todo una educación en igualdad y en respeto.
⇒ ¿Qué opinas de la instauración del Día de las Escritoras? ¿Crees que ayuda en algo?
Seguro que ayuda, de eso no me cabe la menor duda. También es una oportunidad de ponernos cara, de relacionarnos entre nosotras y de compartir, porque eso nos hará pronunciarnos como una sola voz que puedes escuchar a kilómetros de distancia. Cualquier acción planteada para dar mayor visibilidad al trabajo de un autor, autora o artista siempre suma.
⇒ ¿Cuál es el principal impedimento para el ejercicio de la literatura por parte de la mujer?
Las múltiples tareas que desarrollamos tanto a nivel familiar, personal y profesional a menudo hacen difícil que la mujer pueda llegar o desarrollar este oficio de forma temprana. He escuchado más de una vez a algunas compañeras comentar eso de «cuando me jubile» encontraré el tiempo y la calma para sentarme a escribir. Por tanto la valía es mayor sabiendo la cantidad de dificultades que la mujer tiene que superar para encontrar el momento y la energía para el desempeño de este oficio.
⇒ ¿Observas algún elemento distintivo en la literatura femenina canaria respecto a la de otras latitudes?
Desconozco en profundidad cómo se mueve en otras latitudes como para dar una opinión de verdad, pero creo que Canarias es una tierra prolífera en muchos aspectos y en la literatura no me cansaré de decir que contamos con un buen número de magníficas escritoras dentro de todos los géneros y edades. Creo que el ser isleñas también es una ventaja ya que nos hace abrirnos al mundo aunque también hay personas que utilizan el término isleño con una connotación equivocada porque, considerándonos el ombligo del mundo solo llegamos a ser unos narcisistas. Y se pierden de esta manera lo mejor; es decir, el disfrutar, observar y aprender de otros horizontes.
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