José Manuel Jaén Bernuz es nuevo premio de poesía Ciudad de Las Palmas de Gran Canaria, tras alzarse el pasado viernes con el triunfo en esta vigésimo segunda edición. El joven autor gaditano afirma que su profesión a día de hoy es «sobrevivir». Trabaja de camarero en un bar, mientras escribe sin prisas aprovechando todo cuanto le ofrece la vida: «Trabajé nueve años de carpintero y creo que eso me ha servido e influido de alguna forma para este poemario», confiesa al respecto de la obra ganadora, Un millón de carpinteros que hacen ataúdes sin cruz, inspirada en el poema Grito hacia Roma, de Federico García Lorca: «Un poema muy duro, muy fuerte, que no deja títere con cabeza. Algo que he intentado reflejar en mi obra, esos claroscuros de la vida. Rechazo a un Dios en el que no puedo creer cuando existe la prostitución de niñas o la pederastia».
«Rechazo a un Dios en el que no puedo creer cuando existe la prostitución de niñas o la pederastia»
La obra ganadora incluye referencias a temas como la inmigración, los refugiados o los desahucios, en un poemario que forma parte de lo que el poeta denomina «un tríptico». Jaén tiene una forma peculiar de ver la poesía, de hecho insiste en que lo suyo «no es un libro de poemas, es un poemario, porque tiene un mismo hilo conductor, es un trabajo que me ha llevado un par de años y de hecho antes de presentarlo a este concurso lo revisé y cambié varias cosas».
Se trata, pues, de un autor muy exigente consigo mismo, de rima y métricas cuidadas: «Realicé varios cambios porque la métrica variaba de las primeras estrofas a las últimas, pasa a ser de un estilo más formal a uno de verso libre y pensé que tal vez no existía una conexión. Tuve que cuidar muy bien esos versos cortos de siete o nueve sílabas, que me parecía perdían el ritmo y por tanto debía darles otra forma para conservar una coherencia que los integrase».
Jaén, que trabaja ya en la tercera parte de ese «tríptico», un volumen que se denominará La soledad del francotirador, confiesa que usará una frase del poeta canario Pedro Flores, ganador de este certamen en 2006 y a quien he conocido «gracias al área de Cultura del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria». «He podido leer una antología poética suya de editorial Renacimiento recientemente, y la verdad que nada más abrir aquella antología me encontré una frase, un título de sus primeros trabajos, que me encantó y se ha convertido en una de las citas que usaré para el tercer poemario: ‘La poesía debe ser como la bala que mató a Kennedy», señala.
«Yo no soy un profesional, prefiero el relato breve»
El escritor no se considera poeta: «Yo no soy un profesional, y la verdad es que prefiero el relato breve, no los microrrelatos, sino el relato breve» y asevera que el premio ha sido una sorpresa: «No por el hecho de que uno pensara que mi trabajo no tenía peso suficiente para ganar, porque de hecho había una editorial privada interesada en publicarlo, sino por la calidad de las personas que han ganado otras ediciones».
Respecto a los certámenes, Jaén se confiesa un habitual: «Yo suelo hacer una batida por concursos y fallos ya que, a ciertos niveles de poesía, los que no somos profesionales nos movemos en ese sentido, de hecho no siento esa responsabilidad de los escritores profesionales, tengo la absoluta libertad de escribir y tardar el tiempo que haga falta para considerar que la obra está madura. A veces los profesionales sufren esa tensión de no tener nada escrito y eso a mí no me pasa».
«Es preciso preguntarle a la poesía quiénes somos nosotros»
El escritor, que ha tardado casi dos años en mostrar al público el poemario, se pregunta qué es la poesía: «Es preciso preguntarle a la poesía quiénes somos nosotros para ella, qué es lo que nos define y cuál es la necesidad que tenemos para justificar nuestra obra. Panero decía que la poesía destruye al hombre, entendido como ser humano, es decir al hombre y la mujer. A mí este poemario me ha destruido, porque poemas así te destruyen una temporada y no quieres escribir más, pero pese a esa amenaza se persiste».
Jaén admite que no tiene ninguna vinculación con Canarias, «excepto algunos amigos que viven ahora en la Península». «Solo había venido a Fuerteventura en na ocasión por motivos laborales y esta es la primera vez que vengo a Gran Canaria. Sin embargo creí que era una buena oportunidad para mí presentarlo a este certamen. Uno siempre busca cierta sensibilidad en el jurado, presenta en aquellos lugares donde cree que puede obtener ciertos resultados y consideré que en Las Palmas de Gran Canaria tendrían una mente abierta a un poemario tan duro y correoso como el mío».
«consideré que en Las Palmas de Gran Canaria tendrían una mente abierta a un poemario tan duro y correoso como el mío»
El autor considera que el seudónimo utilizado para el concurso, Un poeta en los huesos, podría ser un buen título para una obra, y sueña con poder aglutinar algún día los poemarios de su «tríptico» y editarlos en un único volumen, pues para él forman una unidad temática.
Aunque no sabe qué hará con los 5.000 euros del premio, sí tiene claro que no los usará para «autoeditar algún trabajo como harían otros autores». «No tengo prisa en publicar, pero sí es cierto que tengo una novela por ahí, y que tal vez pueda hacer algún viaje con la finalidad de documentarme. No obstante, si soy exigente para entregar un poemario, imagínate una novela… No tengo prisa ninguna, no me lo planteo porque trabajo con mucha tranquilidad».
José Manuel Jaén Bernuz (Cádiz, 1975), ha publicado Manual del buen sepulturero y otras tumbas de carne y verso (Colección Alumbre. Diputación de Cádiz, 2014) y el relato La madre que parió a Jackie Earle Haley (I Premio Desfase Los gayumbos de Pablo Iglesias, convocado y editado por la editorial madrileña LcLibros).