La irrupción de las nuevas plataformas de comunicación, unido al ritmo frenético, la inmediatez y la economía de recursos que caracterizan a la sociedad red, entre otros factores, está provocando la experimentación de nuevos formatos literarios que tratan de explotar o de adaptarse a los gustos de los lectores y las particularidades y oportunidades que brindan los nuevos medios.
Si en la primera década de este siglo eran los blogs los que se configuraban como alternativa contemporánea a la tradición editorial, el boom de las redes sociales, primero, y el de los dispositivos móviles, a continuación, han terminado por acelerar los cambios. Conceptos como el de micropoema o microrrelato, así como manifestaciones relativamente marginales como el aforismo, han cobrado un protagonismo especial en servicios como Twitter, Facebook, Google+ o cualquiera de los que proliferan en la web y en el ámbito de la movilidad.
«Del ‘post’ se pasó en muy poco tiempo al ‘estado’, y de éste al ‘tuit’»
Del post se pasó en muy poco tiempo al estado (pequeña publicación en Facebook), y de éste al tuit. Y con el tuit, el tuitpoema y el tuitrrelato, géneros que cuentan ya con una legión de seguidores, autores dedicados, premios literarios específicos e incluso proyección editorial.
Las miradas se centran ahora en el entorno móvil y, de forma muy especial, en la mensajería instantánea, un formato que cuenta con un soporte de más de mil millones de usuarios y una cuota de seguimiento que supera la de cualquier otra oferta digital.
Las tiendas de aplicaciones de Apple (iOS) y Google Play (Android) se están llenando de propuestas que, bajo el paraguas de literarias, intentan hacerse un hueco en las preferencias de los consumidores.
Hooked: ¿por qué lo llaman novela cuando quieren decir diálogo?
Hooked es la app de moda en este sector. Se presenta como un lector de algo que llama novelas, pero que en realidad no son más que una sucesión de diálogos al estilo chat, a través de los cuales se sigue una historia. Es decir, que está más cerca de una obra dramática que de la narrativa. O nada de eso, es… una conversación de chat con intención literaria. Los diálogos van apareciendo, uno a uno, a medida que el usuario pulsa en la pantalla hasta un determinado momento en el que, para seguir, tiene que esperar una media hora o contratar una fórmula de pago que le permite leer sin interrupciones.
«más cerca de una obra dramática que de la narrativa»
Puedes buscar historias por temas específicos e incluso puedes escribir tu propia micronovela y compartirla con el resto de los usuarios, con lo cual también expresa su vocación de red social.
Hooked se ha aupado en pocos meses a los primeros puestos de descargas y acaparado la atención de la prensa especializada, tanto en temas tecnológicos como literarios. Sin embargo, no es la única app de estas características. Hoot, Chat Book, Readit, Tap, Chat Fiction y una legión de títulos más funcionan bajo el mismo concepto y de forma muy similar, con mayor o menor número de especificidades.
Amazon Rapids, por ejemplo, es la fórmula ideada por el gigante del comercio en la Red —y del libro electrónico, en particular— para introducirse en este mercado emergente. Dirigida al público infantil, ofrece «cientos de historias» etiquetadas por temas: aventuras, animales, tecnología, cuentos de hadas, fantasía, diversión, vacaciones, misterio, naturaleza, terror, ciencia ficción y deportes; así como un diccionario incorporado que permite a los niños consultar el significado de una palabra y su correcta pronunciación.
Generación Z
¿Pero tiene todo esto algo que ver con lo que entendemos por literatura? La discusión está servida. Como creador, el escritor no puede descartar ningún medio, ¿pero son realmente este tipo de aplicaciones un medio para la expresión literaria? Evidentemente, eso dependerá del compromiso, del uso y del talento que se aplique.
El formato no es novedoso. Como ya hemos dicho, la fiebre de la microliteratura se desató hace tiempo en el propicio caldo de cultivo de las redes sociales, y muy especialmente de los servicios de microblogging. Pero ya ocurría en los tiempos del IRC (aquellos primeros chats). Y antes, mucho antes, en algunos subgéneros de la tradición literaria: los aforismos que hemos mencionado, greguerías, haikus, pareados, proverbios o apogtemas, por citar solo algunas de sus expresiones.
«En diciembre de 2016, Hooked por sí sola contaba ya con dos millones de seguidores»
Concisión, simplicidad, tensión continua, conversación omnipresente y ausencia de narración o cualquier otro tipo de indicación que sitúen al lector en la escena son algunas de los rasgos que caracterizan a estas historias de chat, que bien podrían percibirse como una suerte de modernas piezas de microteatro.
Como suele ocurrir, será el tiempo el que dictamine si estamos ante lo que puede acabar convirtiéndose en un nuevo género, en una nueva corriente de expresión literaria, o si se trata solo de una moda, de una ofensiva comercial de corto recorrido.
En diciembre de 2016, Hooked por sí sola contaba ya con dos millones de seguidores solo en Estados Unidos, antes de dar el salto al mercado español. La cifra da una idea de la aceptación con que ha sido recibida y de la amplitud del mercado al que se dirige. De eso, y de los gustos e intereses de los nuevos lectores y, muy especialmente, de aquellos encuadrados en lo que se ha venido a denominar Generación Z.
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