El número de lectores de libros retrocede en Canarias. El Archipiélago es, junto con Extremadura, la única comunidad autónoma española que experimenta un retroceso respecto a 2012, cayendo del 57,1% de entonces al 56,4% de 2017. Canarias pasa a ocupar, además, la penúltima posición en la clasificación de comunidades por número de lectores en tiempo libre, solo por delante de la citada Extremadura. En 2012, ocupaba la décima posición.
Estos son los datos más relevantes para las Islas del Barómetro de Hábitos de Lectura y Compra de Libros 2017 (PDF), elaborado por la Federación de Gremios de Editores de España (FGEE) con el patrocinio de la Dirección General de Política y de Industrias Culturales y del Libro del Ministerio de Educación Cultura y Deporte, que se ha presentado esta mañana, la primera encuesta de hábitos de lectura y compra de libros desde 2012.
Igual de preocupante resulta el índice de compradores de libros (no de texto). En este apartado, Canarias se sitúa en la última posición con un 38,2%, muy por debajo de la media nacional del 47,3%. Sin embargo, el Barómetro indica que cada canario compró 9,3 libros (no de texto) en el último año, por encima de la media nacional de 8,6, lo que colocaría a las Islas en una destacada octava posición.
¿Una paradoja?
Esta aparente contradicción entre escaso número de lectores y de compradores, por un lado, y alto índice de ventas, por el otro, viene a confirmar una realidad ya reflejada en informes anteriores analizados y que apuntan a una clara conclusión, como ya expresamos en La paradoja canaria:
«Cabe deducir pues que Canarias es una comunidad en la que no se lee demasiado, pero en la que aquellos que lo hacen se rascan el bolsillo, tanto que son capaces de sostener una estimable red de librerías privadas y un respetable nivel de facturación»
Registros muy similares a los de ventas de libros (no de texto) ofrece el análisis del mercado del libro de texto. Canarias, con 8,6 ejemplares por habitante adquiridos en el último año, ocupa también la octava posición (33,5%), por encima de una media nacional de 8,3 (32,8%).
Por último, en el capítulo dedicado a la valoración de bibliotecas, el Archipiélago sale muy bien parado: los usuarios colocan a las bibliotecas de las Islas en segundo lugar de todas las comunidades autónomas, solo por debajo de Aragón, con un índice de 8,5, subiendo más de un punto desde 2012 (7,4). La media española es de 8,2.
Datos generales
A escala nacional, el barómetro ofrece datos relevantes, entre los que destaca el incremento en el número de lectores de libros hasta el 68,5% desde el 63% de 2012 (el 59,7% en su tiempo libre —por ocio—, desde el 59,1% de 2012).
Además:
- Las mujeres leen más libros, revistas y redes sociales. Los hombres más prensa, cómics, webs, blogs y foros online.
- La falta de tiempo sigue siendo el principal argumento de los no lectores para explicar su falta de hábito (47,7%).
- Madrid sigue siendo la comunidad con mayor índice de lectores. Navarra, La Rioja, Asturias, Murcia, Castilla-La Mancha y Andalucía son las comunidades autónomas que desde 2011 registran un mayor crecimiento de la lectura de libros en tiempo libre.
- El 76,3% de los españoles mayores de catorce años leen algún tipo de contenido en soporte digital, 18 puntos más que en 2012. La lectura de libros en formato digital es menor que la de prensa o redes sociales, pero crece de manera significativa: del 11,7% de 2012 al 27,2% en 2017.
- El 40,3% de la población sólo lee en papel, mientras que un 20% ya lee libros en su tiempo libre en soporte digital.
- El lector digital es un lector más intensivo, lee una media de 16,7 libros al año, frente a los 11,6 del lector que sólo lee en papel.
- La lectura en menores tiene un gran protagonismo. El 80% de los jóvenes entre 10 y 14 años son lectores frecuentes. A partir de entonces se reduce el porcentaje de lectores y crece el peso de la lectura digital.
- El 80% de los libros digitales se obtuvieron de forma gratuita. Únicamente un 29,5% de los entrevistados señalaron que obtenían libros digitales pagando por ellos.
- Aumenta ligeramente la proporción de compradores de libros (61% frente al 56% anterior) pero disminuye la compra media, de 10,9 libros frente a 9,4 libros. Los compradores prefieren acudir a las librerías para ello.
- Mejora la valoración de las bibliotecas en prácticamente todas las comunidades, pero desciende el servicio de préstamo.
