Alba Sabina Pérez: «La literatura es humana y los humanos en general me inspiran»

Alba Sabina

Entrevista exprés

«Siempre he escrito. Desde los siete años, cuando le escribí un poema a mi profesora de segundo de primaria. Fue la primera vez que de pronto me sentí impulsada a coger un lápiz y crear algo», asegura Alba Sabina Pérez. Dice que desde entonces ya no paró: «Supongo que impulsada porque la gente me decía que escribía bien y cuando tenía un relato o poema nuevo, mi familia con interés me escuchaba leerlo en alto en la cocina y me daba opiniones», recuerda. Cuenta que en el colegio le interesaban cosas distintas a las de sus compañeros: «Escribir en general para mí es inevitable, es mi forma de comunicarme con lo que pienso, de organizar mis ideas y, en cierto modo, una forma de que mi mente descanse un poco de todo lo que veo y escucho». Confiesa que le da muchas vueltas a las cosas y hasta que no lo escribe sigue pensándolo, «así que también lo hago por eso, para pasar a otra cosa».

Tres claves de tu último trabajo

Mi último libro publicado fue el libro de poemas Ya nadie lee a Pentti Saaritsa (Ediciones La Palma, 2015). Todo lo que he escrito y lo que escribo en general trata sobre lo mismo: la búsqueda de la identidad, las vidas de las personas anónimas a mi alrededor, las relaciones humanas, el tiempo, la muerte, la fragilidad de las cosas o la pérdida. Soy muy observadora y me gusta ser precisa con el lenguaje, pero no siempre lo consigo, en esa búsqueda sigo, y en la de encontrar un tono propio, que creo que es lo más complicado para quienes queremos hacer literatura.

¿Qué autor o autora te inspira?

En poesía desde hace un tiempo suelo leer a Jaime Gil de Biedma con asiduidad, casi cada noche, no sé exactamente por qué, pero me siento cercana a lo que escribe. También leo mucho a Sylvia Plath y a Dorothy Parker, a Federico García Lorca, Fernando Pessoa, Wisława Szymborska y Elizabeth Barrett Browning. En prosa Margaret Atwood es la novelista a la que estoy leyendo últimamente con más interés. Pero lo cierto es que me inspiran más cosas que no son estrictamente literatura, aunque yo creo que contienen literatura y poesía, desde posts de Facebook de autoficción o críticos, una conversación que escucho en un bar o una serie de televisión hasta un ensayo o un artículo de psiquiatría o filosofía. Como estoy haciendo el doctorado, últimamente he estado más centrada en leer a pensadoras y pensadores. Estoy con Celia Amorós, Michel Foucault, Amelia Valcárcel y Jürgen Habermas, aunque voy picando cosas de un lado y de otro, siempre una lectura me lleva a otra, y todo lo relacionado con la filosofía, la medicina y el feminismo me interesa, desde la divulgación hasta artículos científicos. Resumiendo, la inspiración no creo que tenga que ceñirse a la literatura, la literatura es humana y los humanos en general me inspiran.

Un poema, una novela, un cuento

— Un poema: voy a nombrar tres poemas que me marcaron mucho en diferentes momentos de mi vida: Daddy de Sylvia Plath; Tabaquería, de Fernando Pessoa; y No volveré a ser jovende Jaime Gil de Biedma. De joven releía con frecuencia Hojas de hierba, de Walt Whitman, que lo descubrí por la película El club de los poetas muertos y me parecía muy vitalista. Me sigue gustando y de vez en cuando lo abro y leo algún poema aleatorio. Mis poetas favoritos (los que recuerdo ahora al nombrar, dejaré a otros y otras en la (des)memoria) son Sylvia Plath, Anne Carson, Walt Whitman, Dorothy Parker, Emily Dickinson, Elizabeth Barret Browning, Leonard Cohen, Jaime Gil de Biedma, Luis Cernuda, Wisława Szymborska, Alfonsina Storni, Federico García Lorca, Fernando Pessoa, Pentti Saaritsa, E. E. Cummings, T. S. Eliot y Dylan Thomas.

— Una novela: me cuesta mucho decir una novela sola. En mi adolescencia me marcaron La madre, de GorkiMrs. Dalloway, de Virginia WoolfNada, de Carmen LaforetLa metamorfosis, de Franz KafkaEl extranjero, de Albert Camus; y El guardián entre el centeno, de J. D. Salinger. Más tarde, en mi veintena, recuerdo con especial afecto La Habana para un infante difunto, de Guillermo Cabrera Infante; los cuentos de Goodbye, Columbus, de Philip RothEl amante, de Marguerite DurasJane Eyre, de Charlotte BrontëMemorias de Adriano, de Marguerite YourcenarExtraños en un tren, de Patricia Highsmith; y Madame Bovary, de Gustave Flauvert. Los últimos cuatro años me han gustado sobre todo 2666, de Roberto BolañoEl cuarteto de Alejandría, de Lawrence DurrellEl amigo americano y El talento de Mr. Ripley, de Patricia Highsmith; los relatos de Katherine Mansfield, a quién descubrí traduciendo y que fue una grata sorpresa; Él, de Mercedes Pinto; Los puercos de circe, de Luis Alemany; Viaje al fin de la noche, de Ferdinand CélineLa mujer comestible, de Margaret Atwood; y Fortunata y Jacinta, de Benito Pérez Galdós. Ahora estoy leyendo Alias Grace, de Margaret Atwood, y relatos de David Foster Wallace, aunque este último año he leído más ensayos o poesía que novelas.

— Un cuento: me gustan mucho los relatos de Francis Scott Fitzgerald, de J. D. Salinger, Julio Cortázar, Patricia Highsmith, Katherine Mansfield, Flannery O’Connor y Truman Capote, por citar algunos que me vienen a la mente ahora. No tengo un cuanto favorito, pero hace un año traduje Sleepy Hollow, La leyenda del jinete sin cabeza, de Washington Irving y me pareció muy divertido, ingenioso y me dio pena que no sea más conocido, porque no tiene nada que ver con las adaptaciones cinematográficas, es muy cervantino.

Una obra de teatro, un guion cinematográfico

— Una obra de teatro: no leo mucho teatro y he asistido a pocas obras en mi vida, aunque cuando vivía en Madrid me gustaba ir a obras pequeñas de grupos de teatro independientes, y de vez en cuando me llevaba alguna sorpresa agradable. Hace poco un amigo me descubrió Estudio 1, un programa de teatro que se hacía hace unos años en Televisión Española y que ahora se puede ver en streaming en la página de TVE, y me impresionó bastante la representación de Urtain, sobre la vida del boxeador vasco. Las últimas obras que vi fueron La novia del viento, sobre la surrealista Leonora Carrington, y una adaptación de China dolls, del dramaturgo neoyorquino David Mamet protagonizada por José Sacristán que se representó en Tenerife. Por supuesto, Shakespeare me parece imprescindible, y me gustan mucho Hamlet y El mercader de Venecia, y de las obras de teatro contemporáneo que he leído, que no son muchas, las que más me han gustado son Orquídeas a la luz de la luna, del mexicano Carlos Fuentes; y La noche de la iguana, de Tenesse Williams. Hace poco descubrí, gracias a una compañera del doctorado, a la dramaturga mexicana Sabina Berman, y me he interesado por ella, sobre todo por sus personajes femeninos, situados también en los límites.

— Un guion: que haya leído en papel, como obra literaria en sí misma, que considero una experiencia diferente, Los siete samuráis, de Akira KurosawaIván el terrible, de Serguéi EisensteinWilbour se quiere suicidar, de Lone SherfigLa pianista, de Michael HanekeLas invasiones bárbaras, de Denys Arcand; y Flores rotas, de Jim Jarmusch. Guiones de películas por las películas en sí, destacaría La cinta blanca, de Michale Haneke; De repente, el último verano, de Joseph L. MankiewiczAn education, de Lone Sherfig; y Persona, de Ingmar Bergman.

Proyectos

Estoy escribiendo una novela desde hace tiempo, aunque últimamente me he centrado más en la traducción y la investigación, así que la he dejado en pausa por el momento. Estoy siempre buscando ideas, anotando cosas y leyendo sobre mis temas de estudio: redes sociales y audiovisuales con perspectiva de género, principalmente. También escribo poemas de vez en cuando, dejo que aparezcan. Antes forzaba más la poesía, pero hace tiempo que si el poema no se impone no lo escribo, incluso a veces procrastino escribirlo porque no me apetece, pero necesito hacerlo en un momento determinado para que deje de resonar como si fuera el extractor de la cocina que se ha quedado encendido, un inexacto rumor que me inquieta ligeramente. Tengo un libro de poesía terminado que saldrá publicado este año en la Colección eMe, que dirige la poeta Nuria Ruiz de Viñaspré en Ediciones La Palma, y estoy coordinando junto con las doctoras María José Guerra Palmero y Yasmina Romero Morales, y con la colaboración del Instituto Universitario de Estudios de la Mujer, un proyecto colectivo muy interesante sobre literatura de mujeres en Canarias en el que participan investigadoras e investigadores de alto nivel tanto de las islas como de fuera. 

¿Qué personaje de DRAGARIA serías?

De pequeña me daba miedo la posibilidad de reencarnarme en un gato porque pensaba que los gatos nunca tenían regalos de navidad. Me gusta ser persona.


'a nadie lee a Pentti Saaritsa', de Alba Sabina Pérez
Portada de ‘Ya nadie lee a Pentti Saaritsa’, de Alba Sabina Pérez.

Alba Sabina Pérez (Santa Cruz de Tenerife, 1984) es licenciada en Comunicación Audiovisual por la Universidad Complutense de Madrid. Es autora de cuatro libros: la biografía musical Algo que contar (Planeta, 2008), del libro de relatos ¿Quién cuidará de mis guardianes? (Idea, 2013), la novela Silence (Neys Books Ediciones, 2014) y el libro de poemas Ya nadie lee a Pentti Saaritsa (Ediciones La Palma, 2015). En el sector audiovisual, ha trabajado en redacción y producción para Plural Entertainment y Telesistema Canarias y su corto 20 euros fue seleccionado para la Muestra de Jóvenes Realizadores del Festival Internacional de Cine de Gijón en 2007. Ha traducido a Scott Fitzgerald, Wilkie Collins, Katherine Mansfield, Washington Irving y H.G. Well. Sus textos han sido publicados en las revistas Ínsula, Vallejo&Co, Poemad, Plumas Hispanoamericanas y Marcapiel. Actualmente trabaja como traductora audiovisual en una multinacional de servicios de streaming y cursa estudios de doctorado sobre género y comunicación en la Universidad de La Laguna.

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