Guillermo de Jorge: «La literatura es un ser vivo»

Guillermo de Jorge

Entrevista exprés

Nacido en Tenerife, estudió Filología Inglesa en La Laguna y es militar de profesión, lo que le ha llevado a viajar por varios países como Marruecos, Portugal, Senegal, Sierra Leona, Kuwait, Francia… algo que a priori puede resultar contradictorio: poeta y armas… Sin embargo, De Jorge ha hecho de su vida como soldado un paréntesis para resaltar en sus letras la lucha por los derechos humanos. Ha sido traducido al catalán, al francés y al inglés. Vive actualmente en Almería y colabora en varios medios de comunicación. Ha participado en encuentros literarios de carácter nacional e internacional, destacando el Festival Internacional de Getafe de Novela Negra, el Encuentro Nacional de las Letras Islas Canarias, Festival de Poesía del Mediterráneo o el Ciclo Internacional de Poesía Ciudad de Valladolid, estando sus textos reunidos en varias antologías poéticas y narrativas.

Tres claves de tu último trabajo

Más que claves, me gustaría pensar que son líneas de trabajo, ya que en los trabajos anteriores se van cumpliendo una serie de casualidades o requisitos que ahondan en la concepción que tengo sobre el trabajo literario, como una unidad estética o libro. Creo en la obra continua, completa y progresiva. Continua, porque debe de seguir teniendo un hilo común, que no es otro que seguir defendiendo una serie de conceptos poéticos propios —que no originales— y una serie de formalidades estéticas personales —que no únicas—. En este caso concreto, los principios y valores sobre los que se sustenta mi discurso poético, aparte del humanismo, la libertad, la justicia y la democracia, parte de los preceptos de la física teórica que fundamenta la estructura simbólica interna del texto. Y los criterios vanguardistas, como expresión estética, como canal de tránsito entre el sueño y la materia, entre el cuerpo y el abismo. Progresivo, porque pienso que la obra literaria debe de partir desde la honestidad y la honradez del escritor. Aceptar el cambio, como modelo de aprendizaje. No acomodarse en el discurso. Romper la burbuja de confort y seguir investigando. Confiar en seguir creciendo, gracias a la permisividad y la retroalimentación del individuo. Y completo, porque creo que la obra literaria que no interactúa con su exterior o con su espacio más próximo está condenada a desaparecer. La literatura es un ente moldeable. Es un ser vivo. Y hay que alimentar conviviendo con otras formas de expresión, como las artes plásticas, como las performance, el teatro, los medios audiovisuales. Creo que el escritor seguirá vivo, si es capaz de asimilar los cambios tecnológicos, así como la convivencia junto con las demás artes.

¿Qué autor o autora te inspira?

Mis referentes literarios siempre han sido aquellos que, por alguna oscura razón, siempre han estado expuestos a la intemperie. Así pues, los poetas soldados de la primera y segunda guerras mundiales, los poetas de la vanguardia europea, los poetas malditos del grupo cántico, los poetas norteamericanos de los años setenta… Todos aquellos escritores y escritoras que lucharon en contra de los hombres y contra la imposición de un orden estipulado. Me identifico con poetas clásicos como Jorge Manrique, Cervantes, Garcilaso o Calderón de la Barca. Intento reflejar su discurso, en la medida de lo posible. En lo que dicen. En cierta manera, en las vidas que llevaron, donde mostraron, a pesar de las dificultades de la época, que un mundo mejor era posible. La ilustración de la milicia, como punta de lanza de la cultura, junto con otros estratos sociales, contribuyó en la medida de lo posible, a crear sociedades más justas. Y en eso, me hallo.

Un poema, una novela, un cuento

— Un poema: El Cantar de mio Cid y el Cantar de los Cantares.

— Una novela: El Buscón, de Francisco de Quevedo y Villegas.

— Un cuento: El conde Lucanor, de Don Juan Manuel.

Una obra de teatro, un guion cinematográfico

— Una obra de teatro: Es la última que he leído hace poco y se titula Mare Nostrvm. Finis Somnia Vestra, del dramaturgo y actor Marco Magoa. Una obra de teatro queer, que escribió su autor en los albores de la primavera árabe en Túnez, viviendo en primera persona la revolución y que, como secuela, escribe esta intensa obra teatral, solo al alcance de unos pocos. Su trama se desarrolla en el Magreb y trata de la migración. En concreto, del colectivo homosexual. De cómo son tratados en los países árabes y que secreto impulso les obliga a huir, dejando atrás la barbarie, la intolerancia, las torturas, para enfrentarse a un mar implacable y a un océano mucho más perturbador. Es una obra de arte que estoy completamente seguro que no dejará indiferente a nadie —ya se está hablando de ella—. El lector no queda impasible. Te dan ganas de salir a la calle a luchar, a defender a los oprimidos. Te revuelve el estómago, te sacude el alma, como si una tormenta moviese tus ropas más íntimas.

— Un guion: Cualquier película de Luis García Berlanga. Creo que la forma con la que el director se acerca a la realidad a través del séptimo arte es de una belleza incalculable. La capacidad de materializar los conceptos poéticos, las alegorías, las ideas, al fin y al cabo, por medio de las imágenes son muy exactas. Con la firmeza que requiere un relojero. Con la humildad que se espera de un panadero. Y después, con qué exquisitez proyecta la crítica social, adentrándose en aquellas cuestiones que nos atañen a todos los individuos, con elegancia, con precisión, con pulcritud.

Proyectos

En estos momentos estoy enfrascado en mis colaboraciones con los medios de comunicación. En estas próximas semanas, comienzo mi andadura como colaborador de Diario 16. Creo que es un proyecto muy emotivo y que me está suponiendo sentimientos encontrados. Seguiré trabajando con Onda Cero y el Diario de Almería. Y dejaré a un lado el plano literario. Creo que necesito descansar del estrés que genera el proceso creativo y quizás va siendo hora que deje de escribir poesía durante un tiempo. Bastante, espero. Así pues, dejo en los cajones algunos trabajos como los cuadernos de combate —libros híbridos de carácter biográfico—, los libros de poemas de temática social —con la excepción de la reedición de uno de mis últimos poemarios— y los libros de poemas amatorios. Quiero dedicarme a la gestión cultural y a los medios de comunicación. Intentar abarcar más, con el tiempo que tengo es un poco complicado. Y mi responsabilidad como padre me dicta que debo dejar a un lado ciertas cuestiones y priorizar otras mucha más importantes, como lo es la familia. Hecho que hago sin ningún tipo de nostalgia o recelo.

¿Qué personaje de DRAGARIA serías?

Partiendo de la base de que DRAGARIA, en mi opinión, es ese espacio de convivencia artística donde todos tenemos algo qué decir. Donde no importan las líneas divisorias, ni los muros. Donde no importa el origen ni el destino. Donde el mundo es un lugar en el que podemos compartir nuestros dones más preciados: la vida y la libertad. El personaje que sería en esta ínsula perdida del Atlántico, donde los sueños de los hombres yacen aún en pie, sería un drago. Quizás, como el mismo que yace en las tierras herreñas. Sería un drago de fronteras. Viejo, curvado por los azotes del destinos, pero que sin embargo sigue estando ahí. Resistiendo los embates de la historia, en silencio, humilde, sencillo. Manteniendo intactas sus costumbres: amanecer sobre los acantilados un día más, rendir tributo a los dioses del abismo, alzarse invicto sobre la materia, a pesar del tiempo, a pesar de los hombres, a pesar de usted y de mí.


'Afganistán: Diario de un soldado', de Guillermo de Jorge
‘Afganistán: Diario de un soldado’, de Guillermo de Jorge.

Guillermo George Hernández (Santa Cruz de Tenerife, 1976) cursó Filología Inglesa en la Universidad de La Laguna. Suboficial del Ejército de Tierra del Arma de Infantería, es diplomado superior de Montaña por la Escuela Militar de Montaña y Operaciones Especiales del Ejército de Tierra. Es presidente de la Asociación Nacional Círculo Artístico Cálamo. Miembro del Centro Andaluz de las Letras, ha colaborado con medios de comunicación, destacando sus colaboraciones con Diario de Sevilla, La Voz de Almería, El Día, Onda Cero y El Mundo. Ha colaborado en revistas especializadas como Río Arga, La Galla Ciencia o Culturamas. Dirige la colección Letras del Mediterráneo de la Editorial Playa de Ákaba. En 2008 fue nombrado miembro del Instituto de Estudios Almerienses. Le ha sido otorgado por la Junta de Andalucía un diploma por su contribución y participación en Nueva Literatura Almería y fomento de la Cultura 2004. Accésit del Premio Creación Joven de Poesía de la Universidad de La Laguna 2005. Sus textos aparecen reunidos en varias antologías poéticas y narrativas, así como en suplementos literarios. Ha publicado diez libros de poemas, entre ellos Corporeidad de la Luz (Idea, 2006) y HK-G36E, prologado de Rafael Guillén (Instituto de Estudios Almerienses, 2008). En narrativa ha publicado Relatos a Glo (Idea, 2008). Como cuadernos de combate ha editado Irak: Diario de un legionario (La Voz de Almería, 2004) y Afganistán: Diario de un Soldado, prologado por Lorenzo Silva (Playa de Ákaba, 2015). (Blog).

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