Martín se considera, ante todo, maestro: «Es lo que me gusta y es lo que me hace feliz, pero escribir para los niños y las niñas es una especie de droga. Es algo que no puedo dejar de hacer. Contar cuentos es un placer infinito. Sin la narración no me hubiera convertido en escritor. Mi esfuerzo es convertir la palabra dicha a la palabra escrita». Ha impartido más de 50 cursos y talleres sobre animación a la lectura, bibliotecas escolares, planes lectores. Ha participado en la Universidad de Verano de Lanzarote. Y ha dado un par de cursos en la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria. Es también un enamorado de la fotografía y la música. Fundó el curso 98/99 el primer grupo de trabajo sobre las posibilidades de Internet en la Educación. «Las reuniones las hacíamos a través de un cliente de chat que se llamaba IRC, ¡qué frikis! Y después de tantos años, cada vez me quedo con lo básico: el contacto humano. Educar es encontrarse. Construir juntos».
Tres claves de tu último trabajo
En realidad, son dos trabajos, porque he estado escribiendo y desarrollando dos obras prácticamente a la vez. Siempre he publicado literatura infantil y juvenil, y no dejaré de hacerlo. Pero me di cuenta de que estaba instalado en una especie de burbuja creativa y, de algún modo, necesitaba romperla y proponerme nuevos retos. De ahí que surgieron estos dos nuevos libros. Ésta es la primera de ella: la búsqueda de nuevas metas, de nuevos aprendizajes, de nuevos encuentros, de nuevos errores… La segunda clave es la palabra narrada que es un motor que no se agota y que me acompaña permanentemente. Y la última, y no menos importante, se puede resumir en una cita de Uberto Stabile: «Los que aman no hacen pie», y yo no quiero hacer pie.
¿Qué autor o autora te inspira?
Realmente no tengo un autor o autora preferida, y no sé si es demasiado correcto que un aprendiz de escritor lo declare públicamente. Viajo de un lado a otro. Soy un lector muy poco fiel. Roald Dahl, Astrid Lindgren, Verne, Jimmy Liao, Jürg Schubiger con su libro Cuando el mundo era joven todavía, Michael Ende, los álbunes de Chih-Yuan Chen, gente cercana como Joaquín Nieto, Alexis Ravelo, Cecilia Domínguez… Matute, Cortázar; poetas como Padorno, Lezcano, Salvador Viña, Salinas o Díaz Martínez… Van apareciendo y yéndose, cada uno me aporta lo que necesito en un momento determinado.
Un poema, una novela, un cuento
— Un poema: Para vivir no quiero…, de Pedro Salinas, en La voz a ti debida.
— Una novela: El contador de historias, de Rabih Alameddine, la leí hace años y este verano volví a encontrarme con ella…
— Un cuento: Boca cerrada, el poder de los cuentos es un libro publicado por la Editorial Luis Vives, escrito por Gigi Bigot y Pépito Matéo con ilustraciones de Stéphane Girel.
Una obra de teatro, un guión cinematográfico
— Una obra de teatro: no tengo oportunidad de ver tanto teatro como me gustaría, pero he podido disfrutar de diferentes versiones de Hamlet, y es que me parece tan actual…
— Un guión: qué difícil, Mi abuelo trabajaba en el cine Apolo, en el barrio de Schamann, así que se pueden imaginar la cantidad de cine que vi. No sé si podré quedarme con uno… Puede ser el escrito por Richard LaGravenese para la película Los puentes de Madison. O el guion de Guillermo del Toro, El laberinto del fauno. O la película de animación La canción del mar, cuyo guión escribió Will Collins. O la obra con la que más me identifico, Cinema Paradiso, que escribió Giuseppe Tornatore.
Proyectos
Como contaba antes, ahora toca presentar y estar muy atento a los lectores, que leerán los dos nuevos libros que verán la luz este trimestre. Pero ya estoy con mi siguiente trabajo, en el que quiero explorar el mundo de los adolescentes que no van a la moda, ni les gusta el fútbol, ni les apasionan las redes sociales… que no se dejan llevar por los convencionalismos y que sufren porque son considerados raros por el resto. Vamos a ver, porque quiero adentrarme en el mundo de la fantasía, ¿siguen al Dr. Who?
¿Qué personaje de DRAGARIA serías?
Si viviera en un mundo imaginario me gustaría convertirme en un Jardín espeso, enigmático y en reposo, de esos que te atrapan nada más entrar, rodeado de un muro de piedra cubierto de hiedras, con una gran fuente en medio y con glicinias y buganvillas por todos lados. Un Jardín donde los seres mágicos e indefensos encuentran abrigo.
Daniel Martín Castellano (Las Palmas de Gran Canaria, 1970) es maestro especialista en Educación Musical y Educación Especial, licenciado en Psicopedagogía. Funcionario de Carrera desde 1996. Narrador y escritor, cuenta con una decena de publicaciones (dos de ellas premiadas). Ha desarrollado programas de formación del profesorado, trabajando en el Centro de Profesores Las Palmas I, en diferentes ámbitos como la literatura infantil, planes lectores, bibliotecas, comunicación, escuela de padres y madres y desarrollo de blogs educativos. Actualmente es el director del CEIP San Lorenzo. Desde el año 2005 es el creador y responsable de www.animalec.com, una web de literatura infantil y juvenil (LIJ). Ha escrito los libros El susurro de Tara (2002), Dos cuentos de luna y arena (2002), La cazadora de silbos (2005), Diario de un visitante (2007), Juan Luis Yaris (2007), El susurro de Tara (2008, edición revisada), El monstruo (2008, álbum ilustrado), Grejo y el mar (2010), Arehuc (2010), Un abrazo de cuentos (2010), La Gota (2011), ¡SOS! Ladridos por Mima (2013), El elixir Curalotodo (2014); Isla a isla. Cuento a cuento. Historias para leer, narrar y silbar (2015); Los invencibles en la Operación Palomo (2016) y Wi (2016). No solo ha escrito LIJ, también tiene dos manuales para el profesorado y artículos de animación a la lectura.