Nacida en Uruguay, Eduvigis Hernández vive en Las Palmas de Gran Canaria desde hace cuarenta y seis años. Su obra literaria se engloba en la narrativa, relatos cuya escritura como ella misma dice «es bastante fragmentaria y se alarga en el tiempo». Este mismo año participó dentro de la programación especial impulsada por la Consejería de Cultura del Cabildo grancanario con motivo del Mes del Libro, y que se enmarcó a su vez, en el ciclo Escritoras en la Casa Museo. Su último trabajo lleva por título Venerada Virginia (Baile del Sol, 2017).
Tres claves de tu último trabajo
Venerada Virginia es un libro de relatos en el que se recogen lo que llamo homenajes y divertimentos hacia autores y géneros que admiro. Es también un guiño cómplice hacia las afinidades que compartía con Dolores Campos-Herrero y un claro manifiesto de adoración hacia Virginia Woolf. Los textos tienen en común una atmósfera a veces irreal, a veces inquietante, algún elemento que parece estar fuera de la realidad.
¿Qué autor o autora te inspira?
Desconozco si me inspira, ojalá, pero está claro que me fascina: Virginia Woolf.
Un poema, una novela, un cuento
— Un poema: no lo es en su forma, pero sí en su contenido: el Diario de Katherine Mansfield. Un doliente y hermoso poema largo.
— Una novela: Al faro, de Virginia Woolf.
— Un cuento: cualquiera de Chéjov. Si se puede considerar un relato largo: La metamorfosis, de Kafka, que he leído en múltiples ocasiones y que sigo leyendo.
Una obra de teatro, un guion cinematográfico
— Una obra de teatro: De repente, el último verano (Suddenly, Last Summer), de Tennessee Williams. Su adaptación al cine, dirigida por Joseph L. Mankiewicz en 1959, siempre me ha parecido impactante.
— Un guion: Rojo, de Krzysztof Kieslowski y Krzysztof Piesiewicz. Un equilibrio perfecto.
Proyectos
Como escribo por impulsos, mi escritura es bastante fragmentaria y se alarga en el tiempo. Lo mío parece que es cosechar. Recopilo de aquí y de allá y a veces surge un libro. Así voy con Entretiempos, textos breves de reflexión, observación, memoria. A la gloria de las mujeres es el título provisional de un supuesto volumen con relatos diversos que tendrían en común el reconocimiento a la creatividad femenina en sentido amplio. Y una propuesta que me han hecho: escribir una biografía novelada, o quizá sea una novela biografiada, ya se verá.
¿Qué personaje de DRAGARIA serías?
Algún duendecillo malvado, tal como me imaginó Dolores Campos-Herrero (ver el gnomo Dubidugis de Azalea).
Eduvigis Hernández Cabrera (Treinta y Tres, Uruguay, 1961) reside desde 1972 en Las Palmas de Gran Canaria. En los años ochenta publica relatos breves en Diario de Las Palmas y Canarias 7. Ha colaborado en las revistas Disenso, La Plazuela de las Letras, Espejo de Paciencia, Anarda y Al-Harafish, así como en el suplemento de cultura Pleamar, del periódico Canarias7. Durante varios años formó parte del equipo de redacción de La Plazuela de las Letras. Ha participado en los volúmenes colectivos de narrativa breve Reincidencias (2000), Primera santología: cuentos escogidos sobre personajes elevados (2005), Ínsulas encantadas (2005), Cartas al Quijote: escritores y pintores ante el IV Centenario (2005), Generación XXI (2007), Rojo sobre negro (2007) y De la saudade a la magua; antología de relatos luso-canaria (Baile del Sol, 2009). Textos suyos fueron incluidos en las publicaciones de carácter interdisciplinar El ojo narrativo: ecos (2) (2009), Corpus de ausencia (2010) y ciudad(es) (Aulaga Literaria, 2013). Ha publicado los libros de relatos Muerte natural y otros suicidios (Baile del Sol, 2007); Fantástica fábula (alharafishedita, 2010); La lógica del rastro (Gas, 2012) y el cuaderno Verbo Cisne (Rumores de ArteMisia, Aulaga Literaria, 2014). De 2017 es Venerada Virginia (Baile del Sol).