Esta joven profesora tinerfeña escribió su primera poesía a los siete u ocho años y dice que «era muy mala», pero que quienes la rodeaban le dijeron que «era magnífica». Ganar varios concursos literarios le sirvió para «salir por primera vez de Canarias». Los libros y la escritura le han acompañado durante toda su vida, regalándole «grandes momentos». Hoy en día es profesora de secundaria y escribe literatura infantil: «Hablo mucho, pero hace tiempo descubrí que escuchar es más interesante», admite. Su último libro publicado es La gallina Balbina (Anaya, 2017).
Tres claves de tu último trabajo
Mis libros suelen hablar de igualdad. Creo que no podemos cambiar el mundo, pero sí transformar la baldosa que pisamos. Intento que en mis obras estén presentes valores que nos hagan recapacitar. El humor es otro elemento clave, porque cualquier cosa resulta más sencilla cuando va acompañada por una sonrisa. Precisamente por eso, La gallina Balbina no puede leerse pasando las páginas. Hay que obedecer órdenes e ir saltando de una parte del libro a otra mientras cacareas como si fueras una gallina; mueves las piernas como si te persiguieran para comerte; le das aire a las gallinas porque tienen calor, pones cara de sufrimiento como si hubieras puesto un huevo enorme… Si queremos que quienes comienzan a leer sigan haciéndolo, hay que darles diversión y sorprenderles continuamente. La lectura no sólo se realiza con los ojos, la lectura debe incluir el cuerpo, la emoción y la relación con otras personas, la experiencia es la que nos abre la puerta a la pasión para las palabras.
¿Qué autor o autora te inspira?
Me encanta Roald Dahl y sus finales inesperados, sus personajes estrafalarios, su humor, su ironía y su ternura. Sigo disfrutando cada vez que leo su literatura infantil y sus cuentos para personas adultas. Admiro la imaginación de Roald Dahl y creo que es el autor de literatura infantil más importante del siglo XX. Aunque en el fondo, creo que Dahl me recuerda siempre la Matilda que llevo dentro, una mirada al mundo que espera y encuentra siempre la sorpresa, la contradicción y la sonrisa.
Un poema, una novela, un cuento
— Un poema: me encanta No te rindas, de Mario Benedetti, porque transmite fuerza y esperanza cuando las cosas no van como deseamos. Creo que Benedetti utiliza con cierta magia las palabras logrando un mensaje alentador que puede resultarle útil a muchas personas.
— Una novela: para mí es muy complicado elegir una novela porque creo que los libros son como los dulces: la mayoría están riquísimos, pero dependiendo del >momento en el que nos encontremos, nos resultan más apetecibles unos u otros. Hay muchísimas novelas que podría nombrar. Me gusta leer todo lo que pasa por mis manos. Leo con el mismo interés a autoras y autores clásicos, contemporáneos y nóveles. Creo, además, que la literatura de Canarias es muy interesante e intento conocerla cada vez mejor. Como solo puedo citar una o dos novelas optaré por nombrar: Como agua para chocolate, de Laura Esquivel. Me gusta Tita, su protagonista, porque es capaz de enfrentarse a las tradiciones, cuestionarlas y rebelarse. Y La casa de los espíritus, de Isabel Allende. Fue el primer libro que leí de esta gran escritora y la puerta que me llevó a disfrutar de muchísimos otros.
— Un cuento: El mundo, de Eduardo Galeano, porque estoy totalmente de acuerdo con su autor cuando afirma que «cada persona brilla con luz propia». Por eso me encanta conocer gente, escuchar lo que me cuentan, disfrutar tomándome un café, compartir un almuerzo o una llamada teléfonica. En definitiva, creo que la fuerza de una buena historia es aquella que te crea tu propia contradicción y te obliga a reinventarte. Las contradicciones vienen a veces impuestas por tu propio proceso vital. Esto explica que cada libro tiene un momento y, aunque parezca una locura, creo en el fondo que no elegimos los libros, son ellos los que nos eligen. Esa es la magia de la literatura, por eso evito los prejuicios elitistas a la hora de leer.
Una obra de teatro, un guion cinematográfico
— Una obra de teatro: La ratonera, de Agatha Christie, porque me encanta leerla con mi alumnado. Cada año la trabajo con un grupo diferente y siempre nos da mucho juego.
— Un guion: La vida es bella, porque a pesar del drama que viven sus personajes también aparecen las ganas de vivir, de luchar y hacer frente a las adversidades. Me parece maravillosa la actitud que adopta el padre para proteger a su hijo y evitar que descubra la terrible realidad que le rodea. Es el ejemplo de que las historias que merecen ser contadas son aquellas que enfrentan al ser humano a sus propias contradicciones. Por un lado, el instinto paternal de protección con la de una persona que se enfrenta al acto más perverso que nos aleja de, precisamente, ser humano: la guerra.
Proyectos
Me gustaría seguir contando historias, escribiendo y disfrutando con lo que hago. Estoy muy ilusionada con tres libros que espero que me publiquen dentro de poco. Tengo muchísimas ganas de que mis nuevas historias lleguen a las manos de mi público infantil para que me digan si les parecen tan divertidas como a mí. Decía José Saramago que escribir historias para niñas y niños era lo más difícil porque requería «saber elegir las palabras, tener habilidad para contar de una manera clara y explicada y una paciencia muy grande». Yo intento trabajar estas habilidades cada día.
¿Qué personaje de DRAGARIA serías?
Creo que sería un hada madrina regordeta que visitaría a las personas para convertir sus ilusiones en realidad. Seguramente me metería en muchos jaleos porque confundiría los deseos, perdería la varita y la tendría que buscar por todos lados. Tal vez me tropezaría en el momento menos oportuno o se me rompería la varita, pero estoy segura de que intentaría desempeñar mi papel lo mejor posible y eso me haría muy feliz.
Ana Belén Hormiga Amador (San Cristóbal de La Laguna, 1976) es licenciada en Filología Hispánica por la Universidad de La Laguna. Es funcionaria de carrera y trabaja como profesora de Enseñanza Secundaria Obligatoria en un instituto de su ciudad natal. Hace tiempo se acreditó para la igualdad y lleva años formándose en cuestiones relacionadas con este campo. Es, además, agente zonal de Igualdad de los centros públicos docentes no universitarios dependientes de la Comunidad Autónoma de Canarias. Compagina esta labor con diferentes actividades culturales. Recientemente ha colaborado con el Servicio de Innovación Educativa de la Consejería de Educación y Universidades participando en el proyecto educativo Constelación de escritoras canarias y en la elaboración del curso para familias Introducción a la expresión escrita y creativa. A nivel literario, es la autora de tres libros infantiles: Colorín, coloreando, este cuento está cambiando (Ayuntamiento de Arona, 2014); Libertad no tiene miedo (Ediciones Idea, 2.0 Books, 2015) y La gallina Balbina (Editorial Anaya, 2017).