Título: Remanente al alza
Autor: Ángel Sánchez
Editorial: Mercurio
Colección: Faro de la Puntilla, vol. 9
Género: Poesía
ISBN: 978-84-947273-1-3
Lanzamiento: julio de 2017
Precio: 8 €
El personaje que habla en
Remanente al alza es un señor
¿por qué no señora? también
que está echado en la tumbona
de un jardín en el que hay
entre otros árboles un nisperero
floreciendo ya en octubre
que al parecer no le toca
mientras escucha a Miles Davis
–como yo ahora para ambientarme–
y mira las nubes pasar y reflexiona
acerca del deterioro del mundo
y también el de la poesía y también
el de sí mismo y mira a lo lejos
porque puede las nubes pasar
la montaña de Doramas y recuerda
algún paseo por Valsendero
en busca de un manantial sagrado.
Esta reflexión se encarna,
negro sobre blanco, en el procedimiento estándar,
en unos poemas en escalera
en versos emparejados a los que uno
buscando explicación
tiene la tendencia a leer salteados
volteado o al revés del presunto
cualquiera que sea orden natural
menos natural en ellos porque carecen de signos
de puntuación que guíen los ojos de los
honestos lectores que creían venir de paseo
y se han encontrado con un camino que hay que mirar
dos veces para llegar sin caer o abandonar.
Yo por mi parte creo que es juego, sinrazón aparente, que busca sacudirse las estrecheces formales, impuestas por tradición o autoridad y cuyo abuso, es mi propia impresión, en ocasiones disimula la carencia de otras virtudes aunque también ocurra lo contrario. Autor que se arriesga a retar al lector es merecedor de lector que se esfuerza y lector que se esfuerza es lector, al menos en este caso, recompensado.
De Ángel Sánchez nada puedo aportar como apenas nada puede describir una hormiguita de un enorme diplodocus con patas en narrativa, ensayo, traducción, antropología cultural, etnolingüística, poesía, de la que llaman visual, de la cual esta ha de ser un modesto ejemplo.
Insisto en mi alabanza a la colección, Faro de la puntilla, que nos acerca a este extraño (extraño al menos para los lectores de aficiones más prosaicas) mundillo de la poesía de tan variado pelaje que por estas selvas de la literatura canaria se mueve. Lo celebro como el que descubre lo que ha mirado siempre sin ver y de pronto advierte el gran valor de lo que tiene tan cerca.