Con el humor por montera, Néstor J. Jaime dice que siempre ha considerado la literatura una «vía de escape y de autoconocimiento, un punto de inflexión mediante el cual conversar y aprender de autores y lectores». «En el fondo mi literatura no es sino la versión más amplia de mi propia forma de ser», asegura, haciendo hincapié en que «al menos el noventa por ciento» de lo que ha aprendido en su vida «ha sido gracias y a través de las artes marciales, de su práctica, pero sobre todo de los compañeros. Disciplina, pasión, trabajo». Refiere que tiene «una vida tranquila»: su pareja, un puñado de amigos, libros y alguna serie. «Poco más». Su nueva obra es El penúltimo asalto (canariaseBook, 2019).
Tres claves de tu último trabajo
Es el más personal. De hecho, aunque en mi primer libro publicado ya había mucha autobiografía, lo escribí en tercera persona y al menos un cuarenta por ciento de cada relato era ficción, en alguno incluso el cien por cien. En mi segundo libro pasé a la primera persona y digamos que un treinta por ciento era de ficción. En El penúltimo asalto apenas hay un par de frases fruto de la invención. Y por supuesto destaco que siempre, en este y en cualquier otro de mis libros pasado o futuros, escribo para mí, al margen de editores o público: eso hace que el lenguaje, la temática e incluso la estructura sean puramente pasionales, íntimos.
¿Qué autor o autora te inspira?
Realmente lo más que leo es no-ficción, sobre todo física, antropología e historia. Pero por supuesto hay autores de ficción que me ayudan muchísimo, como por ejemplo Pedro Lemebel, por ser capaz de escribir sobre las realidades más descarnadas con la mayor de las dulzuras (con lo cual me identifico); Roberto Bolaño porque es Roberto Bolaño y, aunque sea una respuesta tópica, también Charles Bukowski, no solo tanto por su calidad literaria, sino por ser un hombre de fe inquebrantable: aun cuando era un vagabundo, pobre y sin que se le conociera, continuó escribiendo horas y horas diarias convencido de su éxito y por encima de todo, de su calidad como escritor.
Un poema, una novela, un cuento
— Un poema: The blue bird, de Bukowski.
— Una novela: Fight Club, de Chuck Palahniuk.
— Un cuento: ahora mismo se me viene a la mente Absolon, de Cortázar.
Una obra de teatro, un guion cinematográfico
— Una obra de teatro: sin duda, La casa de Bernarda Alba, de García Lorca.
— Un guion: Matrix, de las hermanas Wachowski: conjuntar elementos de la filosofía, la física cuántica, la religión y el cómic con elementos de artes marciales y acción de un modo tan armónico.
Proyectos
Een lo puramente literario, continuar con mi rutina de escribir al menos de tres a cinco relatos por semana para seguir bombardeando con ellos a las editoriales una vez que los haya corregido y reescrito. Más pragmáticamente encontrar dibujante para mi cómic Desolación, cuyo guion lleva sin dibujos demasiado tiempo en la gaveta.
¿Qué personaje de DRAGARIA serías?
Sería idéntico a como soy yo en la vida real: centrado en mis objetivos sin pisar a nadie para conseguirlos, uniéndome a los otros personajes de DRAGARIA cuando nuestras metas tomen puntos en común. Bromista y directo a la hora de hablar haciendo esto último siempre que se dirijan a mí primero (no por soberbia, sino porque tiendo a ser reservado). Siendo literario, podría ser un montaraz que vaga tranquilamente por DRAGARIA metiéndose solo en los líos que considera justos, divertidos y/o provechosos.
Néstor José Jaime Santana (Las Palmas de Gran Canaria, 1987) es artista polifacético y formador. Tiene publicados los libros Maldita felicidad (canariaseBook, 2013), Pensar o morir (Egarbooks, 2015) y El penúltimo asalto (canariaseBook, 2018). Es luchador profesional de M. M. A. (lucha mixta) y monitor nacional de grappling y jiu jitso brasileño, además de cómico especialista en el Stand-up Comedy. (Blog).