Esta psicóloga asturiana afincada en Tenerife iba para actriz, pero aunque nunca dejó de lado el amor a la interpretación, su camino se vio marcado por la literatura. El pasado mes de diciembre vio la luz su última novela, Hielo (Ad infinitum, 2018). Desde 2014 imparte formación literaria, trabaja como coach para escritores y como correctora. Según ella misma confiesa, el escaso tiempo libre que le deja esta labor lo invierte «en seguir soñando, creando y tecleando historias propias». Hasta ahora su narrativa se movía en el mundo de la novela romántica; sin embargo, ha querido dar un cambio de registro que califica de «bestial».
Tres claves de tu último trabajo
La primera clave diría que es la sinceridad. Aunque se trata de una obra de ficción, y los personajes resulten ajenos a mí, he trabajado en todo momento desde la verdad más cruda, y hay muchas cosas mías, muy íntimas, recogidas en esta novela. Incluso episodios concretos que he vivido, reelaborados para adecuarlos a su nuevo contexto literario. Es, sin lugar a dudas, la historia en la que más y mejor he debido manejar mis propias emociones. Respecto a la segunda clave, creo que es la pasión, tanto la que desprenden los personajes como el entorno en el que se mueven, donde los sueños y luchar por ellos es más que un objetivo: es una forma de entender la vida. Además de mi propia pasión por el patinaje sobre hielo, que he tratado de volcar en cada página. Y en cuanto a la tercera clave… llamémosla hiperrealismo. O, al menos, eso he intentado. No quiere decir que no haya echado mano de licencias literarias; las hay, y muchas, pero he perseguido en todo momento no solo ajustarme lo máximo posible a la realidad, sino, además, que se notara. Quiero que, cuando terminen la obra, mis lectores se queden con la sensación de que podría ser perfectamente una historia real. Como la biografía de una patinadora que podría existir de verdad.
¿Qué autor o autora te inspira?
Soy muy poco mitómana, soy más de títulos que de escritores. Pero siempre hay quien te da una bofetada de talento en la cara, claro, autores que te producen envidia y admiración a partes iguales. Entre los que sé que nunca me defraudarán, destaco al enorme Alessandro Baricco. Y últimamente, también me declaro muy aficionada a la pluma de Haruki Murakami y de David Foenkinos.
Un poema, una novela, un cuento
— Un poema: La sed insaciable, de José Ángel Buesa.
— Una novela: Esta historia, de Alessandro Baricco.
— Un cuento: Vanka, de Antón Chéjov.
Una obra de teatro, un guion cinematográfico
— Una obra de teatro: El perro del hortelano, de Lope de Vega.
— Un guion: Midnight in Paris, de Woody Allen.
Proyectos
Después de tantos años acotada (por decisión propia, y feliz de ello) a la novela romántica, en este momento de mi carrera me apetece probar sabores nuevos y desafiarme a mí misma, así que ya me hormiguean los dedos por empezar otras historias totalmente diferentes. Además de eso, no dejaré de estar nunca rodeada de letras, como hasta ahora: seguiré impartiendo talleres, trabajando como correctora, asesorando a otros escritores en su propio proceso creativo… Y lo que surja. Nunca digo que no a un reto estimulante.
¿Qué personaje de DRAGARIA serías?
Un pirata, sin duda. Con los pies bien anclados en tierra firme y la mirada siempre puesta con nostalgia en el mar…
Érika Gael (Oviedo, 1985) estudió Psicología. En 2009 publica su primera novela, Faery, nominada a dos premios DAMA. Regresó en 2013 con la serie Príncipes del Infierno, compuesta por las novelas Noche de Mardi Gras y Noche de tentación, ambas ganadoras de sendos premios RNR. También es autora de Bitácora de nuestra luna de miel y Alfileres en el corazón, así como de varios relatos publicados en revistas digitales. Hielo es su última novela. (Web).