Aida González Rossi es una de las referencias entre las escritoras más jóvenes del panorama canario. Acaba de presentar su primer poemario, Deseo y la tierra (Cartonera Island, 2018). Le gusta saber lo que la gente va a leer: «Como estudiante era un desastre, me frustro mucho cuando hago cosas por imposición y sin comprender hacia dónde me llevan, y muchas veces tenía que ponerme a leer en el ordenador o por debajo de la mesa para obligarme a ir a clase. Si me dieran a elegir entre dejar de leer o dejar de escribir, escogería dejar de escribir. Creo que sin la lectura no sentiría las cosas de la misma forma», afirma. Empezó a hacer radio a los 17 años: «Creo que fue ahí donde descubrí lo mucho que me gusta la sonoridad de las palabras», confiesa. En la Red, a veces usa el nick Caótica —«Antes había gente que me llamaba así, y me hace gracia porque me representa en muchísimos aspectos de mi vida»— y reconoce estar obsesionada con The Smiths —«A veces me obsesiono con cosas, con autoras o con autores. Creo que eso es bueno. Mis amigas y mis amigos dicen que siempre he sido rara. A mí me gusta ese rol. Me hace gracia»—.
Tres claves de tu último trabajo
El deseo como característica del individuo, como forma de enfrentarse a sí mismo o a sí misma, como forma de conocerse a través de lo que es irracional y de lo que nos obliga a aislarnos del mundo; un deseo desmedido que hace sentir rechazo hacia lo que existe. La tierra como suelo, como todo lo conocido, como el lugar en el que se crece y que representa todas las cosas externas con las que debemos lidiar: la familia, los estereotipos, la educación, lo que quieren de nosotras o nosotros, el tiempo, la violencia, el deseo ajeno. Hablar. Hablar hasta arder y balbucear y dejar las cosas a medias pero solamente cuando las cosas suceden a medias, porque así es casi todo. Las cosas que creemos que nos pertenecen: la música (The Smiths, New Order, Cigarrettes After Sex), los libros, nuestro entorno, nuestros amantes o nuestras amantes. Deseo y la tierra es un balbuceo y también el intento desesperado de no arder.
¿Qué autor o autora te inspira?
Amélie Nothomb me ha hecho aprender que cada frase debe ser como un pellizco. Cortázar me mostró el mundo. Anne Carson me enseñó que la poesía puede serlo todo, que puede moverse en cualquier dirección. De Pizarnik aprendo el peso y el color de las palabras. Y si tengo que nombrar a alguien de mi generación que me inspira, esa es Andrea Abreu López: que su poesía exista me reconforta y me llena de cosas.
Un poema, una novela, un cuento
— Un poema: En alabanza de mi útero, de Anne Sexton.
— Una novela: Las niñas prodigio, de Sabina Urraca.
— Un cuento: Monólogo, de Simone de Beauvoir.
Una obra de teatro, un guion cinematográfico
— Una obra de teatro: no leo suficiente teatro como para escoger, pero en la adolescencia una amiga y yo hablábamos mucho sobre La vida es sueño y ahora he pensado en ello.
— Un guion: Mr. Nobody, de Jaco Van Dormael.
Proyectos
No sé si me gusta ver la vida como una sucesión interminable de proyectos. Ahora mismo estoy bastante centrada en leer, en escribir y en ser lo más eficiente posible cuando alguien me pide que le recomiende un libro en La Sala de Máquinas. Intento no desintegrarme, intento aprender todo lo que puedo e intento no llorar cada vez que me dicen algo bonito. Hasta ahí llega mi proyección vital. (También estoy trabajando en poemas sobre Internet y sobre el aburrimiento y estoy participando en cosas como Voces desde la intimidad y estoy aprendiendo sobre feminismo y estoy trabajando en una serie de entrevistas a millennials).
¿Qué personaje de DRAGARIA serías?
Alguno al que tomarían por loco, seguramente. Creo que sería algo así como una bruja (o un animal mágico) que le diera sermones ininteligibles a cualquiera que fuera a verla. La gente se iría asustada, pensando que nada de lo que digo tiene sentido, pero al final siempre tendría razón. O no, pero acabaría pareciéndolo. Eso o cualquier personaje que vaya muy deprisa, que haga muchas cosas a la vez y que a veces sea un poco insoportable. Seguramente sería un personaje incomprendido, o me escudaría en eso.
Aida Gozález Rossi (Santa Cruz de Tenerife, 1995) estudió Periodismo en la Universidad de La Laguna (ULL). Ha colaborado en los espacios radiofónicos Recovecos y Poetas en serie (PenS), ha sido guionista de La calle habla y ha dirigido y presentado el programa musical El rompeolas. Ha publicado poemas en revistas, webs y fanzines (como Oculta Lit, DRAGARIA, Digo.palabra.txt o La Zine) y ha participado en diversos encuentros y eventos relacionados con la poesía de Canarias (por ejemplo, el recital de jóvenes poetas del IV Encuentro de Escritores Canarios, el debate de jóvenes escritores del II Encuentro de Literatura de Nace y Voces del Extremo en Tenerife). Ha aparecido en selecciones de poetas jóvenes a nivel canario (Generación Red: 13 rostros muy muy jóvenes de la literatura canaria, de DRAGARIA) y a nivel nacional (25 poetas menores de 25 años, de Playground). En 2017 ganó el XX Premio Internacional Julio Cortázar de Relato Breve de la ULL. Es autora de Deseo y la tierra (Cartonera Island, 2018). (Blog).