Rafael-José Díaz: «Los autores no nos inspiran»

Rafael-José Díaz

Entrevista exprés

Rafael-José Díaz es un poeta tinerfeño defensor a ultranza de visibilizar la poesía y tomarla como revulsivo de la literatura en Canarias. Espera y defiende que ésta «supere todos los recatos, los dictámenes y las lecciones bien o mal aprendidas». Defensor de la igualdad, profesor y soñador, ha llevado sus poemas hasta la mismísima Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL), México. No tiene reparos en criticar todo aquello que le parece injusto, y apoyar a quienes aportan algo al mundo de la cultura.

Tres claves de tu último trabajo

Los sueños, las simbiosis y los extrarradios. En El letargo, mi último libro, la escritura da cuenta de una realidad soñada o a punto de soñarse; las moscas, los huesos y las ratas conviven con la lluvia, la infancia o el amor; y todo ocurre en lugares alejados del centro, como si extraviarse fuera la condición imprescindible para encontrar alguna cosa.

¿Qué autor o autora te inspira?

Los autores no nos inspiran. Somos nosotros los escritores los que al leer inspiramos a los autores a los que leemos: leemos en ellos lo que queremos leer, proyectamos en ellos nuestra particular visión del mundo, nuestros deseos y nuestros temores como escritores. En este sentido, me gusta convivir con los textos de Mario Levrero, Clarice Lispector o Agustina Bessa-Luis. Me subyugan porque yo los he subyugado antes. Ahora bien, también reconozco que una de las mejores escuelas a las que puede acudir cualquier narrador para mejorar su prosa castellana sigue siendo sin duda las Sonatas de Valle-Inclán, que conviene leer siempre al atardecer con un buen oporto a mano y sin prisas.

Un poema, una novela, un cuento

— Un poema: Cántico espiritual, de Juan de la Cruz. En poesía hay que acudir siempre a lo mejor.

— Una novela: El pasado, de Alan Pauls. El pasado como coartada para un presente acribillado por la escritura.

— Un cuento: Los adioses, de Juan Carlos Onetti. El secreto de un buen cuento es decir lo menos posible con las menos palabras posibles. Y que el lector salte y reviente.

Una obra de teatro, un guión cinematográfico

— Una obra de teatro: El público, de Federico García Lorca. La gran farsa de los cuerpos que lloran unos dentro de otros.

— Un guión: Todas las de Béla Tarr, pero especialmente turbadora considero Sátátangó. Según Susan Sontag, habría que verla al menos una vez cada año. Y a veces la Sontag tiene razón.

Proyectos

No vivir sino para vivir. Escribir para dejar de escribir. Vivir sin escribir o escribir sin vivir. Con conseguir uno de los tres, me doy por satisfecho.

¿Qué personaje de DRAGARIA serías?

Un caracol nocturno en un rectángulo de agua. Entre otras cosas, porque allí nadie vendrá a molestarme, podré pedalear con calma, como nos gusta a los caracoles, y toda la baba que secrete acabará recogida en las puertas de las instituciones literarias invadidas de gente mediocre, soberbia, llena de prejucios y con muy malos modos: esa baba, sometida a un tratamiento de cristalización como el que se describe en la serie Breaking Bad, puede acabar, si es consumida por los poetas jóvenes, convertida en el revulsivo de la literatura actual en Canarias: choteo, chispa, echar la pota, hiperculturalismo cínico, narratividad fragmentaria, ausencia del sujeto que se refleja en los distintos espejos de la subjetividad destrozada, avanzadillas a partir de las revelaciones después de un día de insolación poderoso, todo tipo de variantes para que, de una vez, la poesía que se está escribiendo en las ocho islas —o en dos o en tres, ahora o dentro de veinte años— supere todos los recatos, los dictámenes y las lecciones bien o mal aprendidas. Oír un cuarteto para cuerdas de Alban Berg, La pregunta sin respuesta de Charles Ives y una pieza para clarinete solo de Stravinsky, y sacudirse toda la bobería y la retórica de que hasta entonces estuvieron imbuidos. Ese caracol sería, en un rectángulo de agua, uno de los charcos de San Juanito en la Punta del Hidalgo. Vengan a buscarme allí.


'El letargo', de Rafael-José Díaz
Portada de ‘El letargo’, de Rafael-José Díaz.

Rafael-José Díaz (Tenerife, 1971) es licenciado en Filología Hispánica por la Universidad de La Laguna. Entre 1995 y 2000 fue lector de español en las universidades de Jena y Leipzig (Alemania). Actualmente es profesor de instituto en Tenerife. Es autor de siete libros de poemas, el último de los cuales, titulado Un sudario, apareció en Pre-Textos en 2015. Ha publicado tres entregas de su diario, el libro de ensayos Rutas y rituales, los conjuntos de relatos Algunas de mis tumbas y El letargo, la novela El interior del párpado y una recopilación de textos en prosa titulada Las transmisiones. Veinticuatro lugares y una carta. Igualmente, ha dado a conocer traducciones al español de autores como Arthur Schopenhauer, Philippe Jaccottet, Hermann Broch, Pierre Klossowski o Gustave Roud. En su blog Travesías publica desde 2010 relatos, apuntes, aforismos y ensayos.

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