La escritora tinerfeña Aida González Rossi (Santa Cruz de Tenerife, 1995) se ha alzado con el Premio Internacional Julio Cortázar de Relato Breve de la Universidad de La Laguna (ULL) en su XX edición, un certamen de carácter anual incluido dentro de los galardones culturales que otorga la institución académica (poesía, fotografía, guión…), con la intención de promover la creación literaria y la divulgación de las obras premiadas en el contexto universitario y en la sociedad en general.
González Rossi, que se confiesa una «gran admiradora del escritor» que da nombre al premio, ha compartido con DRAGARIA su alegría por el reconocimiento: «Cuando me llamaron para decírmelo, no me lo creía», expresa. La joven autora, que no ha publicado aún ningún libro y está pendiente de sacar a la luz su primer poemario, asegura que para ella es importante haber obtenido el premio justo en el momento en el que finaliza sus estudios en la ULL: «Lo siento como la culminación de todo lo que he sacado de mí misma desde que empecé la carrera».
1.000 euros y edición
La escritora asegura que quiso presentarse desde que comenzó sus estudios, pero no se atrevía a dar ese paso por considerarse muy joven. «De hecho, el relato lo llevé el día de mi graduación, justo antes de ir a la peluquería, y casi no llego», relata emocionada. Dice que aún no se lo cree, y que se lo tuvieron que repetir varias veces cuando la llamaron del Vicerrectorado.
Ahora es ya una realidad, recibirá una estatuilla, 1.000 euros y la edición del relato en un volumen colectivo que será presentado este miércoles, 13 de diciembre, a las 20.00 horas, en el espacio cultural La Capilla del edificio central de la ULL.
Gonzáles Rossi explica eufórica que por alguna razón le han llegado muchos cuentos del premio a lo largo de los cuatro años de carrera: «Mi amiga Isoliana me regaló unos cuantos libros de los premios de la ULL, y después también la poeta Rosa Ramos, cuando cumplí los 21. También hay unos cuantos en la librería de segunda mano en la que estoy colaborando, La Sala de Máquinas. Entre eso y que estoy absolutamente obsesionada con Julio Cortázar desde hace tiempo, me he sentido como si todo fuera una película de comedia basada en las casualidades extrañas», indica.
La autora admite que el premio significa mucho en su trayectoria, ya que siempre se había sentido «más volcada hacia la narración que hacia la poesía». «Cuando me sentía así», prosigue, «empecé a meterme en el mundo de la poesía y empezaron a llegarme cosas, y ahora que estoy mucho más implicada con mi propia poesía, llega esto. Y además, con el nombre del autor que me ha hecho descubrir muchas de las cosas que hoy sé sobre mí misma».