Ricardo J. Pérez García, alias ‘Riforfo Rex’ (Las Palmas de Gran Canaria, 1963) desarrolla su faceta literaria principalmente en dos blogs: Sufro de Sueño (Blogger,2007), donde da rienda suelta a su creatividad literaria y emocional; y Literatura en Canarias (Blogger, 2015), en el que habla de los eventos culturales, en particular relacionados con la literatura, a los que va asistiendo. Junto al grupo de Papirómanos ha publicado dos volúmenes conjuntos: ‘Papiromanía’ (Anroart, Las Palmas de GC, 2013) y ‘Proesías’ (Mercurio, Las Palmas, 2014). En solitario ha publicado ‘El cazador de mariposas’ (Niram-Art, Madrid, 2014) y ‘Inventos y mixtificciones de Riforfo Rex’ (Mercurio, Las Palmas, 2016).
He leído la novela —matizando— de Luis Junco con mucho gusto y espero que con algún aprovechamiento. Me ha recordado a un documental de José Luis Guerin, Tren de sombras, donde en una aparente observación melancólica de un entorno en base a fotografías antiguas e imágenes actuales, se va desvelando una historia de los personajes que habitaron aquellas estancias.
Aquí pasa algo parecido. Una anécdota de la infancia, un misterioso visitante de la casa del narrador, y una visita a una exposición en la Casa de Los Coroneles en La Oliva, Fuerteventura, le lleva a sumergirse en una investigación para descubrir quién podría ser aquel misterioso visitante. La investigación se va ampliando hacia sus familiares cercanos y expandiéndose hasta abarcar toda una época. El lugar en concreto es La Orotava y el Puerto de la Cruz, en Tenerife. Y el centro mágico de todo sería el mausoleo erigido en los actuales Jardines de la Victoria, en La Orotava, que fueron el jardín particular de la casa de los marqueses de la Quinta Roja en torno a los cuales danza esta novela.
El matiz que había que darle a lo de novela es que la manera en que está narrada es más bien documental y prácticamente pasa por un relato verídico de una investigación, intercalándose con la narración que resulta de tal investigación el relato de los esfuerzos realizados para lograr obtener esas conclusiones.
Hay un tercer nivel de lectura que sería esas constantes alusiones a las casualidades que van impulsando al narrador y que este trata de relacionar con determinadas conclusiones de la física de partículas. Para mí, esta parte queda muy poco desarrollada, y tal vez las ideas que se apuntan darían para una novela más fantasiosa.
«No queda claro si el conjunto de lo aquí narrado es verídico o es ficción (…): y eso qué importa»
No queda claro si el conjunto de lo aquí narrado es verídico o es ficción. Hay elementos que parecen claramente ficcionales como la intervención de un misterioso informante o ciertas recreaciones que inserta el autor interrumpiendo la voz del narrador. Hay otros, como el uso y alusión a determinados documentos, que son objetivamente accesibles en Internet. Para confirmar mis dudas el propio autor epiloga su relato con una referencia, bastante ambigua, a la condición, si ficción o veracidad, de lo aquí narrado. Básicamente viene a decir lo que es de sentido común: y eso qué importa.
En resumen, una novela que me ha encantado leer y que guardaré para una relectura más detenida y documentada, porque vale la pena demorarse explorando los datos que se van apuntando: conocer sagas familiares como la de estos marqueses de la Quinta Roja o la de los Pérez Ventoso, al parecer promotores del desarrollo turístico en Puerto de la Cruz; el asunto de los alemanes durante la Primera Guerra Mundial y la investigación con chimpancés que se desarrolló en la Casa Amarilla; o los comienzos del hotel Taoro, todo ello entrelazado en esta interesante ¿novela?
