Las islas del poeta uruguayo Elder Silva

Samir Delgado

Samir Delgado (Las Palmas de Gran Canaria, 1978) ES licenciado en Filosofía por la Universidad de La Laguna y en Maestría de Investigación en Prácticas Artísticas y Visuales por la Universidad de Castilla-La Mancha. Fue becario de las Colecciones y Archivos de Arte Contemporáneo de la Facultad de Bellas Artes de Cuenca, así como diploma en Archivística y Biblioteconomía del Gobierno de Canarias. Como autor ha escritor numerosas obras ensayísticas y poéticas, entre las que destacan ‘Banana Split’ (XXIV Premio de Poesía Emeterio Gutiérrez Albelo, 2010), ‘Galaxia Westerdahl’ (Premio Internacional de Poesía Luis Feria de la Universidad de La Laguna, 2014) y la colección de cuentos ‘Los jardines imposibles’ (premio Milenio del Reino de Granada, Fundación Andalusí, 2013).

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El poeta uruguayo Elder Silva escribió un libro de poemas durante su residencia en Tenerife en el otoño de 2007 que permanece inédito. El autor fue galardonado con el premio Luis Feria de la Universidad de La Laguna tiempo atrás, cuando todavía participaba en el Jurado la figura eminente de la lírica lagunera Carlos Pinto Grote. 

El libro de poemas mantiene su vigencia desde entonces como un testimonio emotivo y crucial que cuenta la estadía del poeta en la residencia universitaria San Agustín de La Laguna. Con cierto tinte de melancolía montevideana hay un numeroso grupo de poemas que hablan directamente de la realidad canaria, de los estudiantes y hasta de ecología. Buganvillas, platanales y arena negra se dan cita en la memoria del poeta que cebaba mate en las mañanas del mercado lagunero. 

Como representante de la mejor literatura de la república oriental de Uruguay, Elder Silva participó de lleno en la generación de la resistencia que durante la dictadura hizo de la palabra un bastión de la libertad. Él fue amigo personal de Mario Benedetti y tantos otros poetas de un país que siempre mantuvo el apego especial a las señas de identidad canaria debido a la asimilación de los emigrantes isleños en la tierra del libertador José Artigas. Durante siglos las Islas han perdurado como un referente idílico y espacio de creación para escritores extranjeros de muchos horizontes distintos. Y no pocos poetas del panorama contemporáneo latinoamericano han dedicado algún poema a la isla del Teide como el uruguayo Elder Silva, que también visitó Las Palmas de Gran Canaria durante su tránsito poético insular. 

Entre los vestigios actuales de esa otra tradición de literatura canaria figura una bella recopilación del cubano Rodolfo Häsler, reciente Premio de Poesía Claudio Rodríguez, que fue publicada por ediciones Idea bajo el título Antología de Tenerife, un libro que incluye poemas de varias décadas de producción del poeta caribeño residente en Barcelona. Aunque no siempre deben aparecer los paisajes y los tópicos de la realidad canaria para que estos referentes literarios conserven su aire insular, hay un potencial atrayente del archipiélago que va más allá de los típicos reclamos turísticos y de la rentabilidad necesaria que se supone debe generar hacia el exterior la denominación de las Islas. 

«Elder Silva debe seguir cebando mate en las mañanas de Montevideo, y las Islas también mantendrán la magia de entonces en algún rincón de su memoria»

Precisamente cada año se celebra bajo el amparo de la Unesco el Día Mundial de la Poesía en muchas ciudades de todo el mundo. Junto a la llegada de la estación primaveral buena parte de los lugares que tienen entre su patrimonio la casa de un poeta han programado eventos culturales para seguir haciendo de la poesía un espacio de valor humano universal. Por ello muchas instituciones canarias podrían sumarse de modo simultáneo en el futuro para dar eco cultural de las convocatorias internacionales y sacar a la luz la historia de muchos poetas que han formado parte de su patrimonio en el tiempo.  

A estas horas el poeta uruguayo Elder Silva debe seguir cebando mate en las mañanas de Montevideo, y las Islas también mantendrán la magia de entonces en algún rincón de su memoria, a pesar del accidente de salud que el poeta uruguayo padeció años atrás para menoscabo de su actividad diaria como docente y gestor cultural destacado bajo la presidencia del Frente Amplio en los tiempos de José Mújica y Tabaré Vázquez. Las islas fueron para el poeta aquel lugar exótico donde la experiencia de escritura se encontraba sin saberlo en el límite de la memoria con rumbo a la eternidad. 

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