Nicolás Fernández Hernández (Las Palmas de Gran Canaria, 1975) es licenciado en Filología Hispánica por la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria. Profesor de Enseñanza Secundaria, trabajó también como docente en la Escuela de actores de Canarias, época en la que colaboró como dramaturgo con la compañía teatral 2RC. En el año 2000 gana el Primer Premio de Poesía Bastón Blanco con el poemario ‘Osad decir mi nombre’, al que se suman otros galardones de creación joven: Librada Alvarado, con ‘La presente huida’, y el XI Certamen de Poesía Puerto de la Cruz, con ‘Del amor y otras ficciones’. En 2012, su trabajo ‘Los días cifrados’ resulta finalista de la primera edición del Premio Internacional de Poesía Joven Fundación Centro de Poesía José Hierro. Ha publicado algunos de sus poemas en diversas revistas literarias: ‘La Plazuela de las Letras’, ‘Al Harafish’ y ‘Calibán’, entre otras. En 2013 publica una edición limitada de ‘La palabra en la sombra’, obra poética resultante de una experiencia multidisciplinar llevada a cabo en la sala de creación artística Fluxart a partir de sus versos. En 2016 ve la luz ‘Tras pasar el bosque’.
¿Quién me quiere a mí?»,
canturrea la tarde con los brazos abiertos.
Ningún padre me espera al otro lado
pero mi corazón ingenuo
es una avioneta lanzada al horizonte
por la mano de un niño hacia la niebla.
La atravieso descalzo
como corre el silencio por las casas sin dueño.
Y esquivo los fantasmas con que juegan las sombras a mi paso.
Un callejón hambriento de tristeza empedrado
engulle mis zancadas.
Me enredo entre las faldas de mujeres sin pecho.
Mi memoria golpean con fechas las matrículas de viejos automóviles.
Tropiezo con la arisca bondad de los andenes.
Me olvido en los espejos
como se desconoce al mirarse el invierno
en los escaparates de las floristerías.
Mi acelerado corazón espanta las palomas del sueño
buscando entre los muertos
las manos que lo alcen,
los brazos que lo ciñan,
el seno que lo apriete.
Y no logra escuchar que al burlón canturreo
de ¿quién me quiere a mí?
el eco de la tarde
con los brazos del mundo
responde siempre yo.