Costa de Marfil, un regalo envuelto en español

María Jesús Alvarado

María Jesús Alvarado (Las Palmas de Gran Canaria, 1960) es escritora, editora y cineasta. Es autora de ‘Suerte Mulana’ (2002), ‘Extraña estancia’ (2006), ‘Geografía accidental’ (2010), ‘Al sur de Zagora’ (2010), ‘Isla Truk’ (2011), ‘Sorimba’ (2012), ‘Grietas’ (2012) y ‘El principito ha vuelto’ (2014), además de estar incluida en diversas antologías y publicaciones colectivas. Es codirectora de la Editorial Puentepalo, en la que dirige la colección de Poesía, con especial interés en la publicación de autores africanos. Ha sido guionista y directora de los documentales ‘La puerta del Sáhara’ (2006) —Premio a la mejor Aportación Historiográfica en Memorimage-07 de Reus—, ‘La carta de Chadad’ (2006), ‘Bailando en el tiempo’ (2009), ‘Pilar Rey, pasión por el teatro’ (2013), ‘La Ñ viste de negro’ (2014), ‘Cuando llegue’ (2015) y ‘San Mao, la vida es el viaje’ (2016). Fue cofundadora y directora de la Compañía de teatro La Fanfarlo. Ha sido secretaria de la ACAE, Asociación Canaria de Escritores, y secretaria de redacción de su revista, ‘Insularia’. Forma parte del Proyecto Bubisher-Escritores por el Sáhara y es miembro de la Asociación de Mujeres Cineastas (CIMA) y la Asociación de Mujeres Artistas Visuales (MAV).

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En Abidján el aire es caliente y húmedo, el tráfico desordenado y la gente amable. Una ciudad intensa y extensa, cuya mayor riqueza son, como siempre, las personas, y a la que llego con mi documental La Ñ viste de negro bajo el brazo, invitada a participar en el SILA –Salón Internacional del Libro de Abidján-, una Feria del Libro en la que las historias escritas se mezclan con el color, la sonrisa y la música constantes en África.

La lengua habitual de comunicación y de edición en este país es el francés, pero este año la fiesta de los libros tiene a España como país invitado y el Palais de la Culture de Treichville recibe al visitante con el abrazo primoroso de la Embajada de España, escenificado por un fantástico grupo de chicos y chicas marfileños vestidos de rojo y amarillo que en buen español se dirigen al público interesado para mostrar los libros de autores españoles que ocupaban las estanterías y explicar con todo detalle las actividades en español programadas a lo largo de la semana.

A la cabeza de este grupo, Constance Alle, de la Embajada española, una mujer alta, guapa, de voz potente y presencia poderosa, perfecta representante de la mujer marfileña y africana, que se encarga de coordinarlo todo: que el taxi me recoja a la hora adecuada en el modesto y alejado hotel Djigui de la Riviera Attoban, que funcione el proyector cuando parece imposible, que todo el mundo tenga sitio y esté cómodo en las charlas, que nos encontremos con quien nos interesa hablar, …una mujer todoterreno de lujo que consigue que todo salga bien y su equipo no pierda la sonrisa a pesar del estrés y las muchas horas de trabajo.

Me alegra coincidir con gente tan entrañable como el amigo Wilfrid Miampika, profesor de la universidad de Alcalá, excelente gestor y comunicador e imprescindible de las literaturas hispanoafricanas; María del Carmen Méndez, gallega inteligente y pizpireta, especialista de la enseñanza del español como lengua extranjera, que sabe hacer las delicias de quienes la escuchamos, siendo de gran ayuda para el profesorado sus consejos y aportaciones; la querida Estefanía Calcines, responsable de la mediateca de Casa África, y su compañera Yurena Ojeda, ocupadas en la importante tarea de difusión de los servicios que esta institución ofrece a sus usuarios vía Internet; la excepcional escritora (entre otras cosas) Michelle Tanon-Lora y el profesor de Comunicación Juliene Adhepeau, dos marfileños cultos, amables y emprendedores que trabajan por su país dando lo mejor de sí mismos y que son unos perfectos anfitriones.

«Sorprende descubrir el enorme interés por nuestra lengua, la gran cantidad de alumnos que estudian español»

También debo nombrar a Yolanda López, entusiasta de Costa de Marfil y de la literatura, en cuyas estanterías lucen libros de autores africanos editados en español por las pocas editoriales que se arriesgan a ello, y que en estos días promociona la última obra del autor Yaw Ngeta, Bola de fuego, editado en español, francés y añí (una de las múltiples lenguas autóctonas) en su propio sello editorial, Assata Ediciones.

Sorprende descubrir el enorme interés por nuestra lengua, la gran cantidad de alumnos que estudian español, así como el elenco de profesores de español de la Universidad Félix Houphouet Boigny, preparados y motivados a pesar del casi nulo apoyo de las instituciones españolas para enseñar nuestro idioma con unos mínimos medios de calidad y comodidad. Así, lo que iba a ser una participación de un solo día presentando mi documental sobre la literatura africana en español en Guinea Ecuatorial, se transforma sobre la marcha en varias actividades diarias en distintos centros hablando de literatura y compartiendo la poesía con profesores y estudiantes, deseosos de sacar el jugo a todo el que llegue con algo nuevo que ofrecerles en relación con la literatura en español. Algo que hago encantada y que me proporciona momentos inolvidables tanto desde el punto de vista literario como personal.

«es el sistema educativo francés el que ha favorecido que el español sea el idioma escogido mayoritariamente como segunda lengua»

Paradójicamente, es el sistema educativo francés el que ha favorecido que el español sea el idioma escogido mayoritariamente como segunda lengua, y aunque las políticas lingüísticas españolas apenas parecen verse afectadas por este hecho, ellos buscan la manera de acercarse, leer, conocer, intercambiar y practicar. Por ello, teniendo en cuenta que es a través de la lengua como mejor se produce el entendimiento entre los pueblos, como escritora canaria —o sea, africana de lengua y cultura española— creo que nuestro archipiélago debe ser para todos los hispanoparlantes de África el principal punto de encuentro con la lengua y la literatura en español. Es importante para ellos y para nosotros que se acerquen y lean a los autores canarios, cuya variada literatura tanto en narrativa como en poesía puede darles la oportunidad de descubrir nuevas realidades, con muchos puntos en común y muchas diferencias a la vez.

Pretendo que, desde Canarias, la confluencia de las dos universidades —ULPGC y ULL— con el apoyo de Casa África y la presencia de los escritores canarios y organismos que de alguna manera puedan ayudar a reunirlos, favorezca el acercamiento entre las realidades africanas continentales y de nuestras islas, con el español como herramienta de trabajo y vehículo de comunicación y la literatura como marco idóneo para el encuentro.

«África siempre nos da más de lo esperado, y esta vez el regalo se llama Costa de Marfil»

Y por esas maravillosas casualidades, resulta que el profesor Luis S. Kouadio Djoko, otro amable anfitrión en Abidján, especialista marfileño en la obra de nuestro ilustre Benito Pérez Galdós, viajaría posteriormente a Las Palmas de Gran Canaria para participar en el XI Congreso Internacional Galdosiano.

África siempre nos da más de lo esperado, y esta vez el regalo se llama Costa de Marfil. Avanzar por carretera entre altas palmeras cocoteras para llegar a la inmensa playa de Grande Bassam; jugar con las olas en las aguas del océano, mucho más templadas que las nuestras; celebrar el prometedor futuro de África dibujado en la sonrisa de los niños; bailar a ritmo de reggae o zouglou hasta altas horas de la noche; descubrir la emoción en los ojos que me miran cuando recito un poema entre acordes de kora; tantos buenos momentos compartidos con gente especial y la esperanza de que la literatura, nuestra literatura, pueda convertirse en un hermoso puente que una nuestras islas con este país… Comienza la temporada de lluvias y ésta cae copiosamente, haciendo ruido, llenando de barro las calles y atascando el tráfico, sin que a nadie parezca importarle. En África la gente tiene mucha paciencia y sabe que siempre escampa. Se me acaban los días, Abidján me despide con sol y la canción de moda que ya sé de memoria. Me llevo una máscara preciosa y algunas piezas de tela de vivos colores para regalar a mis hijas y hacerme un vestido. Volveré pronto, y me vestiré con él para celebrarlo.

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