Emotiva e ilustrativa. Así resultó este viernes la ceremonia de ingreso de Ángel Sánchez en la Academia Canaria de la Lengua (ACL), un acto que reunió a un buen número de colegas, amigos y seguidores de este multidisciplinar hombre de las letras —poeta, narrador, ensayista, antropólogo, investigador…— en el salón de actos de la Biblioteca Pública del Estado en la capital grancanaria. La ceremonia, sencilla en sus formas, pero densa en contenidos, se inició con la bienvenida del presidente de la ACL, José Antonio Samper Padilla, que dio paso al secretario de la institución, Juan Manuel Pérez Vigaray, que realizó una semblanza biográfica del protagonista. Éste, una vez cubiertas las intervenciones protocolarias, leyó un discurso en defensa del modelo etnolingüístico en el estudio del habla canaria, realizando un recorrido por sus investigaciones de campo y los diversos trabajos que, sobre la materia, mantiene aún inéditos. «El canario está vivo en nuestra lengua» o «El canario no puede quedar en una mera teoría libresca y erudita» fueron algunas de las afirmaciones vertidas en una exposición marcada por el reconocimiento hacia la idiosincrasia isleña y el afán de aprehender las claves expresivas de «este pueblo atlántico». Por último, el presidente de la ACL hizo entrega a Sánchez de la credencial que lo distingue como académico numerario y cerró el acto admitiendo que «esta incorporación debió producirse años antes», pero que se recibe al nuevo académico «con mucha alegría». «Tu participación va a ser muy importante, será fácil además la adaptación a la comisión de literatura, pero también a la de lexicografía. Me parece esencial esa formación intelectual internacional que tienes y que se puede proyectar para un estudio crítico de la realidad canaria», concluyó.
Entre los presentes, rostros conocidos como los de Alicia Llarena, Pablo Alemán, Aquiles García Brito, Antonio Arroyo Silva, Eugenio Padorno, Nilo Palenzuela, José Luján, Nicolás Guerra, Oswaldo Guerra, Emilio González Déniz o María Isabel García Bolta, entre muchos otros.
Reportaje fotográfico: DRAGARIA