El XI Congreso Internacional Galdosiano está a la vuelta de la esquina. Entre el 19 y el 23 del presente mes de junio, las casas museos de Pérez Galdós (Las Palmas de Gran Canaria) y de León y Castillo (Telde) acogerán, junto a la Casa de Colón, los actos del extenso programa de un encuentro que, cuatro años después, vuelve a convertir la isla de Gran Canaria en referencia de los estudios en torno al inmortal escritor.
Para ir abriendo boca, este mismo martes, 13 de junio, la casa natal del autor de los Episodios nacionales celebra una mesa redonda que, bajo el título La hora de Galdós, abordará el legado literario del autor a través de la mirada contemporánea de los escritores locales Emilio González Déniz, Juan Carlos de Sancho, Santiago Gil y Carlos Álvarez.
El acto, moderado por la directora del centro, Victoria Galván, se plantea como un diálogo entre los escritores y el público asistente acerca de la influencia de Galdós en su escritura y en la literatura actual.
Los intervinientes coinciden en destacar la vigencia de la obra del autor de Fortunata y Jacinta, señalando aspectos como el realismo de profunda base social, el diseño de los personajes, su coherencia o su formación periodística como elementos clave de su bibliografía.
Según Emilio González Déniz ,«hay una evidencia primaria que entronca a Galdós con el realismo y la historia, incluso en sus novelas llamadas contemporáneas; pero lo que lo mantiene en eterna vigencia es su capacidad para hacer que sus personajes traspasen el paradigma de la virtud o la flaqueza y se manifiesten vivos. No son personajes, son seres vivos».
«Todavía hoy es castigado»
Juan Carlos de Sancho, por su parte, echa mano de una frase de Borges —«Escribo pese a las palabras»— para glosar la figura de Galdós. En su opinión, este comentario se ajusta a la perfección a Galdós: «Cuando lo lees no notas que estás leyendo, y esto es algo que sólo lo consiguen los grandes. Además, no ofende a nadie, pero desvela la comedia humana. Y lo que cuenta se puede extrapolar a la realidad. Yo creo que por eso todavía hoy es castigado».
Carlos Álvarez recuerda que «Galdós empezó su carrera de escritor como periodista. El ejercicio del periodismo permitió a Galdós acercarse a una realidad social que luego llevaría a sus novelas. Galdós representa el oficio de escritor como trabajador de la palabra, sea noticia, crítica, crónica, novela o teatro; sin duda hoy sería también guionista de teleseries de éxito».
Santiago Gil, periodista de formación, incide también en la idea de que Galdós ejerce una influencia evidente en el ejercicio de esta profesión, «por su forma de contar»: «En un momento determinado de mi vida quise leer casi toda su obra y lo que encontré era superior a todo lo que imaginaba. Recomiendo dos novelas por encima de todo, El doctor Centeno, por lo que tiene de romper todo lo que se imagina de Galdós, y La desheredada, que me parece una novela redonda. Luego está su faceta como persona, su coherencia. Es un faro».